Envío mundial gratuito

Moneda

EL CLASSICO

Los partidos entre el Real Madrid y el FC Barcelona, conocidos comúnmente como "El Clásico", son los más vistos del fútbol. Dos de los clubes más grandes del mundo se enfrentan en el campo y en el escenario mundial. Exploremos cómo se desarrolló esta acalorada rivalidad.

La rivalidad entre el Barcelona y el Real Madrid se estableció como una de las competiciones más animadas del deporte en la España de mediados del siglo XX. Durante la Guerra Civil española (1936-39), apoyar a tu club de fútbol adquirió un significado mucho más profundo que el de ver un partido y llevar una camiseta. Se convirtió en una forma de expresar tus propios ideales sobre el mundo, y de hacerlo junto a un grupo de personas con ideas afines, uniéndose a los colores y creencias de la organización a la que apoyabas. Esto significaba que apoyar al Real Madrid o al Barcelona no era sólo una cuestión de apoyar a un equipo de fútbol.

MADRID Y BARCELONA

Las dos ciudades más grandes de España han adoptado históricamente posiciones muy diferentes en el espectro político. Para no profundizar demasiado en la Guerra Civil española, es justo decir que el Barcelona y el Real Madrid se convirtieron en representaciones deportivas que simbolizaban el espectro y la división política del país. Animar a tu equipo significaba identificarte con un movimiento político en toda regla. Representaba algo más para los aficionados, que se extendía más allá de un partido de 90 minutos entre estos dos equipos.

A medida que la dictadura española intentaba consolidar España, (bajo Francisco Franco) las culturas, lenguas y creencias regionales se vieron cada vez más mermadas, censuradas y reprimidas. Los intereses minoritarios, la identidad y la ideología catalanas, fueron cada vez más censuradas y reprimidas. Hubo una serie de acontecimientos que avivaron el fuego.

Uno de ellos fue cuando el Barcelona y el Real Madrid se enfrentaron en las semifinales de la Copa del Generalísimo (la actual Copa del Rey). Fue un partido tenso y de desempate. En aquella época, cada equipo era visto como una extensión directa de las diferencias que llevaron a la Guerra Civil española. Para el dictador Francisco Franco era muy importante que el Real Madrid ganara esta eliminatoria para seguir demostrando su autoridad, mostrando el poder y la validez de su dictadura y allanando el camino hacia una España centralizada y nacionalista.

A lo largo de las décadas que siguieron a la Guerra Civil española, ambos clubes y sus presidentes sufrieron. A pesar de ello, los clubes siguieron siendo símbolos de los lados opuestos del espectro político, por lo que se habían construido y alimentado los cimientos de una feroz rivalidad.

DI STEFANO

En la rivalidad entre los clubes sigue existiendo un punto de discordia derivado de la llegada de Di Stéfano al Madrid. Lo conocemos como la leyenda que llevó a los blancos a numerosas victorias. Pero, antes del Real Madrid, era un argentino de 25 años que marcó cientos de goles con River Plate en Argentina antes de fichar por Millonarios en Colombia.  

Parecía que su destino era el Barcelona, pero en su lugar fue adquirido por el Real Madrid. No hay pruebas de que el fichaje de Di Stéfano por el Barcelona fuera saboteado, pero se sigue pensando que la política volvió a inmiscuirse en los asuntos deportivos. En cualquier caso, Di Stefano marcó un doblete en su primer Clásico, un 5-0. Con Di Stéfano al frente, el Real Madrid ganó cinco Copas de Europa.

Estas mismas alianzas siguen desempeñando un papel en los Clásicos actuales. Las banderas catalanas son habituales en el Camp Nou, mientras que las banderas nacionales españolas ondean con frecuencia en el Santiago Bernabéu. El Barcelona -el club de fútbol- ha llegado a representar no sólo el fútbol, sino un símbolo del patrimonio y la visión histórica de Cataluña.

BLAUGRANA

Tras el movimiento independentista catalán de 2017 y el posterior juicio y encarcelamiento de los líderes independentistas catalanes, El Clásico de 2019 supuso un escenario de agitación política que volvió a salpicar esta rivalidad futbolística. Por motivos de seguridad, El Clásico se trasladó de octubre de 2019 (poco después de que se confirmaran las condenas a prisión de los antiguos líderes independentistas catalanes) a diciembre de 2019. La eventual batalla entre el Barcelona y el Madrid se jugó en el terreno de juego, ya que ambos equipos hicieron oír su apasionada voz, con los blaugranas concentrándose por algo más que el partido.

El presidente catalán, Quim Torra, y el ex entrenador del Barcelona, Pep Guardiola, animaron a los miembros de ambos bandos de la lucha política a "sentarse y hablar", para intentar solucionar el conflicto. Los aficionados blaugranas tomaron esta frase y la convirtieron en parte de su despliegue de juego, politizando El Clásico para ofrecer un espectáculo de pasión política pacífica. Sus muestras de apoyo se manifestaron con pancartas, carteles y protestas fuera del estadio, y en un momento dado interrumpieron la segunda parte lanzando balones de #SpainSitAndTalk al campo durante una interrupción del juego.

EL BELLO JUEGO

En definitiva, esta rivalidad tiene sus raíces tan arraigadas en la política como en el campo de fútbol, dividiendo esencialmente al país en "uno" o "otro". Intencionadamente o no, estos clubes representan diferentes ideologías de los aficionados que los aman. Esta rivalidad vivirá mucho tiempo en los corazones de los españoles y de los aficionados de todo el mundo. Sin embargo, comparten un país y un hilo conductor fundamental: el amor eterno por el deporte rey.

Sé un TENLEGÉNERO.

Deja un comentario

Nota: los comentarios deben ser aprobados antes de su publicación.