TOP 10 de recuerdos de la Copa del Mundo de todos los tiempos , Número 5 EL PUNTO DE EXCLAMACIÓN
La cuestión de cuál es el mejor equipo de la historia de los Mundiales se debatirá eternamente. Para mí, la respuesta es sin duda el equipo de Brasil de 1970.
El equipo estaba engalanado con estrellas como Jairzinho, Rivelino, Carlos Alberto, Tostao y, por supuesto, Pelé. Habían ganado la Copa Mundial en 1958 y 1962 y estaban decididos a recuperarla en 1970. No sólo cumplirían esta tarea, sino que también jugarían un estilo de fútbol que entusiasmó al mundo.
La selección de Brasil de 1970 es el único equipo que ha ganado todos los partidos de la fase de clasificación y de la Copa del Mundo. En la final, se enfrentaría a una aguerrida selección italiana, que no fue rival para la poderosa Brasil.
Los brasileños les endosaron un 4-1 en una de las mejores exhibiciones de la historia de las finales. El cuarto y último gol fue una cosa de perfección y la mejor manera posible de coronarlos como los reyes del fútbol mundial.
La jugada comenzó cuando Tostao robó el balón a un italiano en su propio campo. Le devolvió el balón a Piazza, que se lo pasó a Clodoaldo. Éste hizo gala de un sorprendente regate, al atravesar a cuatro italianos. A continuación, se la pasó a Rivelino, que envió un balón largo perfecto por la banda izquierda a Jairzinho. Éste lo controló perfectamente y corrió hacia el defensor. Recortó hacia la derecha antes de pasársela a Pelé en el centro del campo. Todo el mundo esperaba que Pelé corriera hacia el defensa, pero el genial Pelé no lo hizo.
Se detuvo y aguantó pacientemente el balón, ya que había visto de reojo a Carlos Alberto haciendo una carrera por la derecha. Nadie más lo había visto. Pelé dio un pase aparentemente a nadie, ya que Alberto estaba fuera de la pantalla en el momento en que lo hizo. De la nada apareció Alberto, entrando en el área y el pase le llegó perfectamente. Justo antes de que el balón llegara a Alberto, éste golpeó en una chuleta del césped y se sentó perfectamente para él.
Fue como si los dioses del fútbol hubieran recompensado a los brasileños por su espectacular juego, poniéndolo en cola para él. Alberto lanzó el tiro al aire y superó a Enrico Albertosi en la red. Mágico. Simple y llanamente mágico.
El gol de Alberto es el gol de equipo perfecto. Los brasileños tenían a los italianos corriendo en círculos, y éstos no pudieron hacer nada para impedirlo. El mundo se enamoró de este equipo, y el Mundial de 1970 sigue considerándose uno de los mejores de la historia. No podía haber un final más perfecto para este equipo y para la carrera internacional de Pelé, que su participación en un gol de esa calidad.
Desde 1970, los futuros campeones de Brasil (en el 94 y en el 02) han jugado mucho más a la defensiva. Y con la excepción de Argentina en 1978 o Francia en 1998, ningún otro equipo ganador se ha acercado siquiera a la misma mentalidad ofensiva.
Sin embargo, la selección de Brasil de 1970 sigue siendo un puente entre el viejo mundo del fútbol y el nuevo. Al ser el primer equipo en ganar un Mundial retransmitido en color a nivel internacional, su estatus quedó inmortalizado de inmediato (con una rapidez que presagiaba la globalización venidera).
Lograron la grandeza por pura clase.
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