Ruud Gullit

Ruud era increíblemente talentoso y versátil, A menudo se le considera uno de los mejores jugadores de la historia. Gullit empezó como futbolista de calle en Ámsterdam, y a los 16 años ya había debutado con el HFC Haarlem en la primera división holandesa.

El majestuoso holandés dominó en una época definida por los grandes defensores, y abrió el camino a toda una generación de jugadores ofensivos de talla mundial. Ser el mejor futbolista holandés del año le valió el fichaje por el Feyenoord, donde llegó a jugar junto a Johan Cruyff. Tras un exitoso período en Rotterdam, en el que asumió un papel cada vez más ofensivo, Gullit fue contratado por el PSV Eindhoven, con lo que se avecinaba una nueva etapa cargada de trofeos.

Ruud fue el protagonista de la victoria de Holanda en la Eurocopa de 1988, con un gol increíble marcado por otra leyenda holandesa, Marco van Basten, que, si has nacido antes de 1980, recordarás como si fuera ayer. 

Gullit, que se convirtió en un centrocampista ofensivo, también podía jugar como delantero. Se convirtió en uno de los mejores jugadores de ataque del mundo durante su etapa en el PSV Eindhoven, pero se convirtió en una leyenda como rossonero jugando en el gigante italiano AC Milan. 

Ruud Gullit ganó el Balón de Oro de 1987 gracias a su prolífica última temporada con el PSV Eindhoven.

En 1987, fichó por el AC Milan por una cifra récord. En vista de que los rossoneri estaban experimentando una revolución holandesa, adquiriendo a Marco van Basten esa misma temporada y a Frank Rijkaard al año siguiente, fue el movimiento correcto.

Contribuyó a que el Milan ganara varios trofeos, tanto nacionales como europeos, y a que el equipo se convirtiera en uno de los mejores de la historia. Tras un tiempo de aclimatación a su nuevo entorno, se convirtió en un jugador imparable a pesar de enfrentarse a las defensas más duras de la Serie A.

Ruud Gullit demostró su notable versatilidad en el gran escenario, encajando sin problemas en una posición más avanzada de creación de juego a pesar de medir más de 1,90 metros. Al igual que su pelo, no podía faltar en el campo. Estuvo espectacular. 

Su triunfo en la Copa de Europa de 1989 se produjo con un estilo extraordinario: Ruud Gullit y compañía endosaron un memorable 5-0 al Real Madrid en la semifinal de San Siro, antes de endosarle cuatro goles sin réplica al Steaua de Bucarest en la final, dos de los cuales fueron obra del extravagante holandés.

Gullit, cada vez más marginado en el AC Milan, buscó una nueva inspiración al marcharse a la Sampdoria, un rival de la Serie A, y redescubrió su capacidad hasta el punto de que Silvio Berlusconi quiso atraerlo de nuevo a San Siro.

Gullit también jugó en el Chelsea inglés y lo dirigió también, antes de dirigir una serie de clubes con poco éxito.

Jugó su último partido con la selección holandesa después de que una disputa con el seleccionador nacional, Dick Advocaat, le hiciera retirarse del equipo en la fase previa a Estados Unidos 1994. A veces, las estrellas más brillantes están destinadas a dejar el fútbol con tanto gusto como con el que llegaron. Acompáñenos en la celebración de este absoluto TENLEGEND.

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